El desafío es importante: deconstruir el imaginario colectivo alrededor de la casa individual para construir un nuevo paradigma de planificación territorial en áreas rurales y periurbanas que requiera menos materia y energía: menos viajes, menos superficie , menos construcción … Para ello, la intervención se plantea en tres capas superpuestas: una lectura positiva de las estructuras tradicionales a nivel urbano, arquitectónico, cultural y social, reinterpretando la organización de espacios y funciones; un trabajo sobre el espacio común compartido con el resto de habitantes de Siewieller y la introducción de nuevas tipologías que se acomoden a las nuevas necesidades de una sociedad en evolución.

Interrogar de manera prospectiva el patrimonio construido es descubrir el potencial de tradiciones constructivas (madera, paja, tierra), tipológicas («maison gigogne» alsaciana), sociales y urbanas (Hof). Al tratar de combinar la modernidad y el patrimonio, podemos esperar cambiar la dinámica actual de la planificación territorial para concentrar los recursos.